UN POCO DE HISTORIA
Los caminos de Ronda unían, en muchos tramos de la costa, las torres de vigilancia que servían para alertar de la llegada de piratas y corsarios, y evitar el atraque de barcos sospechosos que pudieran traer consigo enfermedades infecciosas. La comunicación de las diferentes poblaciones, playas y calas del litoral permitía también a los pescadores y marineros el regreso a sus puertos de origen en caso de naufragio.
Pero es en los siglos XIX y XX cuando se le acuña el término caminos de ronda, que hace referencia a las guardias o rondas que hacían los carabineros y, posteriormente, la Guardia Civil, para evitar el contrabando y estraperlo. Los contrabandistas buscaban escondites que fueran de fácil acceso por el mar pero de difícil acceso por la tierra para evitar estos controles. Estas actividades delictivas tuvieron su momento álgido durante la posguerra, debido al aislamiento de España y la restricción y prohibición de productos.