Detrás de cada uno de los hoteles de Rusticae hay una historia de amor. Andrés García, el propietario de Hospedería Bajo el Cejo, en la provincia de Murcia nos habla de la suya. La historia de un hotel que está por encima de lo práctico o lo económico. En estas líneas el lector hallará los argumentos necesarios para confirmar cómo el lugar de origen nos une irremediablemente a la tierra y cuánta necesidad tenemos de cuidarla y mostrar todas las bondades que ofrece a quien la visita.
- Construir un hotel donde está ubicado Hospedería Bajo el Cejo es un desafío a las leyes de la Física. ¿Cómo os planteáis abrir un hotel aquí?
El Berro es mi pueblo, me he criado en este entorno de montaña, con fuertes pendientes y espacios reducidos. Aquí es normal encontrarte con estas dificultades físicas para construir y para cultivar, todo está en terrazas para intentar aprovechar al máximo el terreno.
Donde tenemos el hotel se construyeron las primeras casas que dan origen a El Berro, bajo unos precipicios (cejos) y un molino harinero. Esta zona del pueblo se fue abandonando para trasladarse a una parte de la ladera más cómoda, lo que terminó dejando esta parte en ruinas. Nosotros nos propusimos recuperar una parte de nuestra historia. El origen real del proyecto tiene más que ver con una cuestión sentimental que práctica o económica.
- ¿Cuáles son las principales dificultades a las que os habéis enfrentado desde la apertura del hotel?
A pesar de estar dentro de un Parque Natural (Sierra Espuña) con un montón de posibilidades y en el centro de la región de Murcia, a solo 35 kilómetros de la costa, nuestra principal dificultad sigue siendo la comercialización, porque generar destino turístico en zonas de interior es complicado. Pensábamos que estando en un club de calidad sería suficiente.
Nos consta que hace unos años así era, pero actualmente se necesita algo más. Hay que captar al turista internacional y esto debe ser una estrategia en común con otros hoteles similares. Nosotros solos no tenemos capacidad para hacerlo.
- Os encontráis inmersos en un proyecto de revitalización de agricultura local. Háblame de él.
Nuestro concepto de hotel no solo pasa por la rehabilitación en su momento o la pura gestión, creemos en la implicación con nuestro territorio. El turista al que queremos dirigirnos busca algo más que alojamiento, necesita también implicarse en la tierra que visita, caminando por un Parque Natural como Sierra Espuña o convivir con la población local. Una forma de hacerlo es a través del conocimiento de la actividad principal que desarrolle esta población. En nuestro caso es la agricultura. También necesitamos tener unos productos de cercanía y ecológicos para nuestra cocina. Todo esto lo tenemos con el mundo rural en nuestras manos y lo estamos dejando perder. La población local va dejando sus oficios tradicionales por la hostelería o en el peor caso se marcha a las ciudades, quedando los pueblos sin alma.
Creo sinceramente que está en nuestras manos darles la posibilidad a nuestras gentes de que puedan vivir en un entorno sostenible, donde conviva el turismo y el sector primario. Hemos desarrollado un plan a tres años con asociaciones de vecinos, ecologistas, agricultores, ganaderos, de empresarios turísticos, la dirección del Parque Natural y la Mancomunidad Turística de Sierra Espuña. Uno de los objetivos es poner en valor la agroecología y que se puedan recuperar parte de las fincas agrícolas y ganaderas, con la intención de hacerlas rentables y que suministren de productos a los negocios turísticos.
- Crear destino, apuesta por los productos de proximidad en vuestra cocina… El futuro pasa por volver a las raíces, ¿no es así?
Realmente este sería el resumen. Debemos ofrecerle a nuestros huéspedes algo auténtico. En Rusticae hay hoteles maravillosos, pero el alma se pierde normalmente cuando el huésped sale del hotel. Tenemos que conseguir que el espacio que nos rodea sea una prolongación de nuestro alojamiento e incluso de nuestra despensa.
- ¿Qué opinas sobre la situación actual de la hotelería y su evolución?
No me gusta el estado actual de nuestro sector en general. El turismo lleva muchos años separándose de la sostenibilidad, del espacio donde se desarrolla. Hacemos ciudades más feas y en este mundo tan globalizado usamos los mismos criterios de gestión sin pensar a quien le puede afectar. Montamos bares ruidosos bajo edificios de descanso, grandes hoteles en espacios naturales o en su zona de amortiguación… creo que ese no es el camino. Debemos de hacer algo y esto primero pasa por empezar a dar ejemplo nosotros. A pesar de esto, sigo siendo optimista y creo que la demanda nos irá haciendo cambiar, todo está en manos del que consume.
- Sois un hotel sin televisiones. A mí me encanta, pero hay que reconocer que es una apuesta arriesgada.
Hay que ser consecuente con la filosofía que promulgas, queremos ser un hotel de desconexión de lo cotidiano, de conexión con el mundo rural y para eso debes de aislarte de las noticias y de tus programas televisivos habituales.
- ¿Qué supone para vosotros formar parte de Rusticae?
Como usuario conozco la marca desde casi sus inicios, siempre es un referente para buscar alojamiento. Nuestro hotel es la mezcla de las distintas experiencias que he ido recogiendo, es nuestro hotel ideal. Desde mi posición actual me siento halagado en pertenecer a un grupo de profesionales tan importante para la hotelería de este país.
- Bajo el Cejo está en una zona aún por descubrir para mucha gente. ¿Cómo convencerías al indeciso para que os visite?
La Región de Murcia es una comunidad que vive principalmente de la agricultura, pero tiene un potencial turístico casi tan importante como el agrícola. Tenemos entre enero y marzo una de las floraciones de almendros y frutales más impresionante de toda España. Un río que cruza toda la región a través de un valle morisco donde se siguen usando la norias tradicionales, un interior montañoso con picos de hasta 2.000 metros de altitud, donde podemos practicar senderismo, bicicleta…
Aún tenemos kilómetros de costa virgen, con infinidad de calas en las que te puedes perder. Y por supuesto el Parque Natural de Sierra Espuña, un destino certificado con la Carta Europea de Turismo Sostenible, donde mezclamos todo tipo de actividades de naturaleza acreditadas por el Club de Ecoturismo Nacional (www.soyecoturista.com) con el desarrollo de una agricultura que se pueda aprovechar desde el punto de vista turístico.